Pues no, no hubo suerte y Pauloba poco más pudo hacer que quedarse mirando a los toros de Hernández Pla.
Hubo unos segundos de esperanza, pero duraron lo que las cuatro verónicas de Pauloba. Estas no fueron, además, como las del pasado 15 de octubre, no.
La corrida de Hernández Pla salió, en mi opinión, mejor presentada que en los últimos años. Mucho menos basta y gorda. Otro huequecito para la ilusión antes de ir a la plaza.
Lucieron una mansedumbre descomunal. Este, que es el quinto, se asomó al callejón dos o tres veces sin terminar de saltar. Fue una pena, porque al menos habríamos tenido una foto curiosa.
Y esta es la apasionante pelea en el caballo del sexto. Todo bravura, como puede verse.
Entre lo que he leído sobre el festejo, Jandro opina que los toreros no estaban preparados y que los toros fueron eso tan difuso y que tanto nos gusta a los aficionados de "mansos encastados". Yo no lo vi así. Coincido más con Bastonito, porque la corrida me pareció un horror.
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